La ermita de San Vicente


La ermita de San Vicente es una de las dos ermitas que sobreviven en Peraleda de entre las varias que había y ha dado nombre a uno de los barrios más emblemáticos del pueblo. Veamos la historia de cómo llegó esta ermita hasta nosotros.

Ermita de San Vicente en Peraleda de la Mata

Ermita de San Vicente

Índice
La ermita de San Vicente en Peraleda
Apéndice A: La conexión salmantina
Apéndice B: La conexión filipina
Apéndice C: Comparación del poema peraleo y el filipino

San Vicente Ferrer

San Vicente Ferrer

San Vicente Ferrer es un santo español que nació en Valencia un 23 de enero de 1350 y murió en Vannne (Francia) un cinco de abril de 1419. Ingresó en los dominicos y pronto alcanzó fama de santo y milagrero. Treinta y seis años después de su muerte fue canonizado por el Papa Calixto III. Pronto su devoción se extendió por toda España y sus territorios.

No tenemos noticias de cuándo ni cómo llegó la devoción a S. Vicente a Peraleda de la Mata pero sí de cuándo apareció su ermita. En un libro de actas de la Cofradía de S. Marcos, perteneciente a Malhincada, pueblo hoy desaparecido, aparece un mandato del Sr. Obispo para que esta Cofradía dé 500 maravedíes para ayudar a la construcción de una ermita dedicada a S. Vicente en “La Peraleda”. Creemos que el hecho de que Malhincada y Peraleda fueran parroquias anejas a Santa María de la Mata, ambas parte del concejo de La Campana de la Mata, y que el Párroco de Sta. María viviera en Peraleda, debió influir sobre el Obispo para que éste ordenara a la Cofradía de San Marcos ayudar a la construcción de la ermita.

...del lugar de malhincada (documento de 1573)

…del lugar de malhincada (documento de 1573)

Esta cofradía estaba muy extendida ya que en su fiesta se celebraba una feria de ganado que era la mejor de aquella época y a la que acudían ganaderos de las comarcas de El Arañuelo, La Vera, La Jara, El Valle y hasta la zona de Béjar en la provincia de Salamanca. Además, los cofrades tenían que regalar un novillo o toro al inscribirse, lo que explica que tuvieran dinero de sobra para contribuir a tal empresa en Peraleda.

Así en el año de 1734 se construye la ermita dedicada al santo valenciano a las afueras del pueblo en un pequeño cerro al que daría su nombre y que hoy conocemos como cerro de S. Vicente. Suponemos que ya en esta época existía la Hermandad de S. Vicente y que ésta iniciara las obras de la ermita, pues dos años más tarde, en 1736, ya nos encontramos con un libro de actas en el que se nos dice que en la reunión celebrada el 28 de diciembre para renovar el cargo del Prior (Mayordomo o “hermano mayor”, diríamos hoy) se acuerda prorrogar el nombramiento al Presbítero Bachiller D. Alonso García de Paredes, cura rector de Santa María de la Mata y sus anejos.

Del libro de actas de esta cofradía sacamos datos curiosos e interesantes. Así en el 1752, el Visitador del Obispado, D. José Ignacio Rodríguez, autoriza a la Hermandad de S. Vicente a que dore el retablo de su ermita y las andas en las que se procesiona al santo, así como a que se hagan algunas obras que necesite la ermita.

En 1762 el nuevo Visitador, Licenciado D. Antonio María De Busto, visita la ermita de S. Vicente y dice “haber echado de ver que por la ventana que han abierto para la espadaña de la campana, se entra bastante agua y pone indecente sus paredes”. Para evitar este perjuicio manda al actual Administrador que dé los caudales que se haya en su poder y haga se cierre la dicha ventana.

En 1765 el Licenciado D. Antonio Fernández, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia y Visitador General del Obispado, gira visita a Peraleda y hace comparecer ante él a D. Juan Rico, Mayordomo de la devoción de S. Vicente, para que presente las cuentas. En el alcance aparece la heredad del Rubial, que donó D. Alonso García de Paredes. En otro alcance aparecen 45 reales por una heredad llamada “El Horquillo” con varios pies de olivos sita junto a los Mártires. También aparece otro alcance sobre el lagar que donó D. Francisco Alarza para el barrio del Cristo, médico titular de la villa de Oropesa, para el culto “del Señor S. Vicente “. Este lagar lo heredó Francisco Ayuso con el vínculo de 15 reales anuales. Se manda ante notario se presente el testamento y que haga fe expresa de dicho legado.

Efecto del rayo sobre una ermita moderna

Vea el efecto de un rayo caído sobre una ermita moderna

Al parecer, en 1783 había caído un rayo sobre la ermita dañando el edificio, pues el Visitador D. José Fernández Díaz revisa las cuentas y dice que ”son cargos cien reales de vellón que valieron dos fanegas y un celemín de trigo que se juntaron en el petitorio que se hizo por la villa en el año 79 para ayudar a componer la ermita cuando cayó la centella”. Y en el cargo correspondiente se lee: “Son data 384 reales que acreditó haber gastado en los hornales de Maestros y Peones que se ocuparon en la obra de la ermita y materiales que en ella se gastaron cuando cayó el rayo en dicha ermita”.

Hasta aquí vemos que la Hermandad es floreciente. A partir de aquí acontecimientos políticos van a hacer que la Hermandad de S. Vicente pierda sus rentas y por ende comience su decadencia. En 1789 Carlos IV llevará a cabo una desamortización consistente en obligar a las instituciones eclesiásticas a vender en pública subasta los bienes que tuvieren. Como consecuencia de esta desamortización, en la visita que gira al año siguiente (1790) el Visitador D. Nicolás Rosado Franco, Abogado de los Reales Concejos, comprueba que son más los gastos de la Hermandad que sus ingresos, por lo que manda “no se hagan misas el Día de la Fiesta con Diácono, ni se alumbre diariamente la ermita para ahorrar gastos.

A partir de esta fecha perdemos la pista de la Hermandad, lo que nos hace suponer que desaparece. Pero no lo hace con ella la devoción al Santo; ésta se mantiene en el pueblo y así en las épocas de sequía los labradores acuden a su ermita y le hacen novenas en las que le piden el agua tan necesaria para ellos.

Llegados los años de la Guerra Civil del 1936, la ermita, al estar situada en un cerro, sufrió las consecuencias de haber sido instaladas cerca de ella unas baterías y recibió varios impactos de bombas que la dejaron en estado ruinoso. La imagen del Santo supongo sería quemada al igual que lo fueron todas las de la Iglesia Parroquial.

Durante los años de la posguerra, la ermita (o mejor dicho lo que quedaba de ella) sirvió de refugio a los muchos mendigos y quinquis que por aquella época pululaban por nuestros pueblos. Hasta los muchachos, cuando subíamos a jugar al cerro de S. Vicente, procurábamos no entrar en la ermita, que nosotros en nuestra imaginación infantil imaginábamos llena de piojos.

interior ermita San Vicente

Interior de la ermita en la actualidad

Fue en el año 1952 cuando un grupo de mujeres labradoras capitaneadas por Eufemia Rufo y María Martín, (Chicorra por más señas), ante una sequía prolongada acudieron al entonces Párroco, Don Marcelino González, a solicitarle arreglase la ermita de S. Vicente y comprare una imagen del santo a fin de reanudar la antigua costumbre de acudir a él en tiempos de sequía. No creyó conveniente el párroco el arreglo de una ermita cuya conservación originaría gastos en unos día en que todo ahorro era necesario. Ante la negativa del párroco, que aducía no tener dinero la parroquia para hacerse cargo de tal reparación, éstas hicieron una petición casa por casa pidiendo limosna para arreglar la ermita y comprar una imagen para poder hacer una novena al Santo implorándole la lluvia.

Consiguieron sus objetivos, arreglaron la ermita y compraron la imagen, pero el Sr. cura no quiso hacerles la novena. Esto no amilanó a las devotas del santo y ellas por su cuenta hicieron la novena y así siguen haciéndolo cuando necesitan agua. Es verdad que la devoción a S. Vicente se ha ido perdiendo y lo mismo que dice el refrán que no nos acordamos de Santa Bárbara hasta que no truena, podríamos decir de Peraleda, que no se acuerda de San Vicente hasta que no viene una tenaz y prolongada sequía.

Había oído hablar de los cánticos que en dicha novena cantaban estas devotas. Interesado por conservar estos cánticos, acudí a Ascensión Morgado Rufo, hija de La señora Eufemia, que ha heredado de su madre la devoción a S. Vicente y que actualmente cuida de la conservación de la ermita, y ella amablemente me facilitó la letra que aquí transcribo para evitar su desaparición:

GOZOS DEL GLORIOSO APÓSTOL VALENCIANO SAN VICENTE FERRER

Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero
.
El Águila más sagrada
siglos antes que nacieras,
premisas dio verdadera
de prenda tan deseada.
Del mundo fue celebrada
con regocijo y esmero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero
.
Naciste, raro ejemplar,
con gracia de hacer portentos
mandando los elementos
con imperio singular.
Puede el infierno temblar
viendo tu rostro severo.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.

Nota: el resto del poema no lo copiamos aquí porque más abajo, en el apéndice C, lo mostraremos al completo.

Peraleda de la Mata 20 Mayo 2005
Eusebio Castaño

 

[[Si tiene alguien una foto antigua de la ermita de San Vicente podríamos poner aquí una copia, gracias]]

separador linea 4

.

Anexos: Angel Castaño, Salamanca 2015

APÉNDICE A

El Adelanto

El martes 21 de febrero de 1911, un periódico local de la ciudad de Salamanca (El Adelanto) publicó un artículo pidiendo que la iglesia de San Cristóbal, que se encontraba en estado ruinoso, fuera rehabilitada debidamente. Alabando los méritos de dicha iglesia, que afortunadamente hoy se conserva en perfecto estado, el articulista menciona que en ella predicó San Vicente Ferrer algunos de sus sermones memorables. [transcribo en su grafía original]

«El apóstol valenciano San Vicente Ferrer, fué una de las figuras más grandes de su tiempo. Entre unos papelotes raros que encontré un día en una biblioteca particular, recuerdo, por su sabor y su ingenuidad, unos versos en que se ensalzan los méritos de San Vicente. Por falta de espacio, no los copio íntegros, aunque bien valía la pena, pero no quiero dejar á los lectores sin una muestra. Dice el estribillo:

Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente, ruega por nos,
como en tu piedad espero.

Y después continúa relatando los méritos del Santo y describiendo detalladamente todos sus milagros.»

Continúa el articulista citando tres fragmentos más del poema, y finaliza diciendo:

«Si á mí me parece sensible hasta que se pierdan estos versos, en que se cantan los hechos de San Vicente Ferrer, mucho más sensible me parece que desaparezca la iglesia de San Cristóbal, en que predicó.»

Puede ver el periódico de ese día con el mencionado artículo en la parte superior central de la página 2, titulado “La Iglesia de San Cristobal”. Haga clic aquí para verlo.

El articulista se habría alegrado de saber que esos versos que tanto le llamaron la atención no se perdieron, sino que se mantuvieron vivos en Peraleda varias décadas más. También podemos comprobar ahí que la canción o rogatoria que se recitaba en Peraleda en honor al santo no era una composición local, sino que debía estar asociada a la veneración al santo en otras zonas también. Pero no solo en Salamanca, sino probablemente en todo el mundo de habla hispana, como lo demuestra un librito publicado en Manila, Filipinas, en el año 1921 y conservado en la biblioteca de la American Philosophical Society, en Estados Unidos. Dicho libro es una reedición de un original más antiguo, con permiso del Arzobispo de Manila, lo que demuestra que debió ser bastante popular. En este librito se explica paso por paso cómo ha de desarrollarse la novena a San Vicente. Y conociendo el funcionamiento de estos asuntos nos podemos atrever a asegurar que dichas instrucciones para hacer la novena serían probablemente las mismas en Manila que en Peraleda de la Mata, así que gracias a este librito impreso casi a la otra punta del mundo, podemos hoy reconstruir cómo eran nuestras novenas a San Vicente. Para quien sienta curiosidad, copiamos aquí el principio y el final del libro filipino, que servirá para imaginarse los oficios religiosos de nuestros antepasados de hace siglos y tal vez igualmente los de no hace tanto.

Pero lo más interesante de este librito, para nosotros, es que después de todas las instrucciones para la novela añade al final un apéndice en el que bajo el título GOZOS aparece impreso el mismo poema que cantaban aquí nuestras mujeres en la novena de San Vicente. Aproximadamente a 12.260 kms de distancia, el cántico de peraleda resonaba también en las iglesias de Filipinas.

separador linea 4

APÉNDICE B

Nota: Transcribiremos aquí algunos fragmentos del principio y el final libro, siempre con la misma ortografía que encontramos en el original, así que no se sorprenda si está lleno de lo que le puedan parecer erratas y “faltas de ortografía”, es como se escribía antes, incluido algún deje filipino en las notas de introducción.

página portada

Portada del libro filipino

NOVENA DE S. VICENTE FERRER CON EL COMPENDIO DE LA VIDA DEL APÓSTOL DE VALENCIA

POR EL M.R.P. Mtro. Fr. Francisco Vidal, del Sagrado Orden de Predicadores.
Con licencia de la autoridad eclesiástica.
MANILA
TIP. Pontificia del Col. De Sto. Tomás
1921

El Excmo. ÉIlmo. Sr. Dr. Fr. José Seguí, Dignísimo Arzobispo que fué de Manila, concedió 80 días de indulgencia por cada uno de los días que se haga esta Novena del Glorioso San Vicente.

El Excmo. Sr. Arzobisso de Manila concede licencia á la Imprenta de Sto. Tomás, para reimprimir esta novena de San Vicente Ferrer en fecha 6 de Agosto de 1913.
Manila, 24 de Noviembre de 1917.

Reimprímase. Por autorización especial. Ignacio Tambungui.

ADVERTENCIAS PARA LA NOVENA DE SAN VICENTE FERRER

La novena de San Vicente se puede hacer el día del Santo, que es á cinco de Abril, confesando y comulgando, y visitando cualquier iglesia del Orden de Santo Domingo. Rogando por la paz entre los principes cristianos, y por las necesidades de la Iglesia, se gana indulgencia plenaria.

Aunque puede hacerse esta novena en casa, será mucho mejor hacerla en la Iglecia,  porque allí el que pide recibe, y el que busca halla, según dice el mismo Dios;  será mucho mejor hacerla en comunidad, porque es más acepta á Dios esta oración, y allí asiste el Espíritu Santo; y tal vez habrá algún justo, por cuyas oraciones acepte las tuyas.

El primero y último día de la novena, se ha de confesar y comulgar con la mayor devoción que fuere posible, para conseguir el consuelo y favor que cada uno necesita, porque ni Dios ni los Santos gustan se les pidan favores estando en pecado. Otro día será bien ayunar, ó hacer otra mortificación, ó dar limosna á los pobres, ó visitar los enfermos, ó cualquiera otra obra de caridad en honor del Santo á quien se consagra la novena; procurando imitar la virtud que se propone aquel día, meditándola algún tiempo según sus ocupaciones le permitieren. También se ha de emplear algún tiempo en la lección de libros espirituales, entre éstos con especialidad, el de las excelencias y virtudes de San Vicente, leyendo cada dia un capitulo de su vida, procurando evitar toda culpa, no solo mortal sino también venial.

día primero

Hecha la señal de la cruz, se dirá todos los días la Antífona: Veni, Sancte Espíritus, con el versículo y oración del Espíritu Santo; y los que no lo supieren, dirán una Ave María.

ORACIÓN PREPARATORIA QUE SE DIRÁ TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA.

[…]

ORACIÓN PARA PEDIR EL AMOR DE DIOS

[…]

Ahora se dirá tres veces el Padrenuetro, Ave María y Gloria Patri, y luego hará cada uno interiormente su petición al Santo.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS,

Amantísimo Padre y Protector mío San Vicente Ferrer, pues sois tan consolador de vuestros devotos, que por su alivio habéis venido á visitarlos desde él cielo, alcanzadme lo que os pido en esta novena; os ruego, Santo mío por la exaltación de nuestra Santa Fé, por la paz entre los principes cristianos, por la destrucción de los vicios y aumento de las virtudes, por todas las necesidades de este pueblo, y por las pobrecitas almas del Purgatorio. Para mi, Santo mío, sólo pido lo que me convenga á mayor honra y gloria de Dios y vuestra- Amén.

página San Vicente

Ilustración en el interior del libro

ORACION DE SAN VICENTE. PARA ALCANZAR BUENA MUERTE.

Misericordia, mi Dios, y atiende piadoso á mi oración: misericordia, Señor, que mi alma se halla enferma, y las virtudes estan muy desmayadas y perdidas. Misericordia Señor, que me veo angustiado, y por haber provocado contra mí tu justicia, me hallo confuso y se extremece mi cuerpo. Misericordia, Dios mío, y sea según tu gran clemencia. Misericordia, mi Dios, que me atropella el demonio, todo el día me impugna y molesta. Misericordia, mi Dios, misericordia, Señor, pues cada día clamo á tí. Alegra el alma de tu siervo, cuando levanto mi corazón á la piedad.

Gloria Patri etc.

Señor mío Jesucristo, que cuanto es de tí á todos salvas, y no  quieres que nadie se pierda y á

quien nunca se suplica sin una segura esperanza de tu misericordia, pues por tu misma boca bendita tu dijiste: «Cuánto en mi nombre pidiereis al padre celestial se os concederá,» Suplicote, Señor por tu santo nombre, (y por los méritos de tu siervo San Vicente Ferrer), que en el artículo de mi muerte me des el conocimiento entero me conserves el habla, y me concedas una grande contrición de mis pecados, una fé viva y constante, una bien ordenada esperanza, y una caridad perfecta, para que con puro corazón te pueda decir: «En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu, que eres bendito y glorioso en los siglos de los siglos. Amen,»

Ahora Sé leerán los siguientes milagros, para que viendo lo mucho que puede el Santo, se avive la fé, y se le pida con más confianza.

MILAGROS.

En Vannes, Perino Herbéo perdió de repente el juicio, y tan furioso, que blasfemaba de Dios y de su Madre. Lleváronle atado al sepulcro de san Vicente, se durmió, y en sueños se le apareció el Santo, lo curó, y encargó que dijese al duque de Bretaña, solicitase su canonización cuanto antes.

En la misma ciudad, estando hospedado San Vicente en casa de Rubion de Leseado, le presentaron dos mujeres que padecían vehementes dolores de cabeza, una por diez años, y otra por veinte: dióles la bendición y quedaron libres.

Otra mujer padeció muchos meses un mal de ojos, sin aprovechar la medecina: ofrecieron llevarla al sepulcro de San Vicente, y curó; no cumplieron del voto, y cegó del todo, pero la volvieron á ofrecer, y llevándola recobró la vista antes de llegar al sepulcro del Santo.

En Galicia, un ciego de muchos años pidió vista á San Vicente; le dijo el Santo: «Vé á Oviedo tu patria, díle al Salvador que yo te envío.» Marchó el hombre, y puesto ante la imagen, le dijo: «Señor, Fray Vicente me envía á deciros de su parte me deis vista» al punto quedó sano.

El V. P. M. Micon dice: «Pasan de ciento los ciegos á quienes viviendo dio la vista San Vicente, y después de su muerte no son ménos los que han logrado la vista por la intercesión de este Santo.»

Cierto hombre entregó al demonio su alma con cédula firmada de su mano, y oyendo predicar al Santo, le suplicó hiciese que el demonio se la restituyese. Púsose el Santo en oración, é hizo venir al diablo visiblemente, y le mandó que le entregara la cédula al hombre, siendo testigos de este milagro muchos millares de personas.

[Prosigue el librito igualmente describiendo lo que se ha de decir cada uno de los nueve días de la novena del santo y termina con una oración al santo, unas antífonas y el mismo famoso poema cantado, que recogimos en Peraleda por boca de Ascensión Morgado. Compare luego el poema recitado por Ascensión a finales del siglo XX con el transcrito en este antiguo libro filipino y observe, si así le place, si hay variaciones entre ambas versiones, la peralea y la filipina. Dicha comparación la haremos más abajo, en el apéndice C. Transcribamos ahora parte del final del libro:]

ORACIÓN Á SAN VICENTE FERRER.

A fin de aumentar la devoción al glorioso taumaturgo español San Vícente Ferrer, $u Santidad el Papa León XIII se ha dignada conceder una indulgencia de doscientos días que puede ganarse una vez al día, aplicable también á las almas del Purgatorio, diodos los fieles que digan contritos la siguiente

43

Una de las páginas del libro

ORACIÓN

¡Oh glorioso apóstol y taumaturgo San Vicente Ferrer, nuevo Ángel del Apocalipsis, y amable protector nuestro! acoged nuestras humildes súplicas, y haced que descienda sobre nosotros la abundancia de las divinas gracias. Por aquel amor santo que abrasaba vuestro corazón, obtenednos del Padre de las misericordias el perdón de nuestros pecados, la firmeza en la fé y la perseverancia en las buenas obras; á fin de que, siendo buenos y fervorosos cristianos, seamos dignos de vuestro poderoso patrocinio. Extended también vuestra protección á nuestro cuerpo, librándonos de las enfermedades. Librad nuestras campiñas del azoté del granizo y de las tempestades, y alejad de nosotros todo género de infortunios. Así favorecidos por vos en los bienes espirituales y temporales, conservaremos siempre viva vuestra devoción en nuestro pecho, y un día nos veremos con vos en el cielo alabando á Dios por los siglos de los siglos. Amén.

ANTIPHONA.

Adsit nobis propitius in hujus vitae vespere, ad Christum nos Vicentius tuto ferens itenere.

V*. Ora pro nobis, Beate Patér Vicenti.
R*. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.
Oremus.

[…]

47

Inicio del poema de los Gozos al final del librito

GOZOS

Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente ruega por nos,
como en tu piedad espero.

El Águila más sagrada,
siglos antes que nacieras,
premisas dió verdaderas
de prenda tan deseada,
del mundo fué celebrada
con regocijo y esmero.
Vicente, ruega, etc.

Y el poema, que transcribimos íntegro en el siguiente apéndice, continúa hasta el final del libro.

El libro filipino se encuentra digitalizado así que si lo desea puede verlo escaneado en internet haciendo clic sobre este enlace: Novena de San Vicente Ferrer. Una vez allí le bastará con hacer clic en la página derecha para pasar de página, o en la página izquierda para retroceder.

separador linea 4

APÉNDICE C

Comparamos aquí las versiones peralea y filipina de los Gozos, para comprobar hasta qué punto la tradición oral lograba mantenerse fiel a través del tiempo, y en este caso, a través también de los océanos. Resaltamos en rojo las partes en las que encontramos diferencias (ignoraremos las diferencias ortográficas).

GOZOS DE SAN VICENTE FERRER
VERSIÓN PERALEA VERSIÓN FILIPINA
Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
El Águila más sagrada
siglos antes que nacieras,
premisas dio verdadera
de prenda tan deseada.
Del mundo fue celebrada
con regocijo y esmero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero
.
Naciste, raro ejemplar,
con gracia de hacer portentos
mandando los elementos
con imperio singular.
Puede el infierno temblar
viendo tu rostro severo.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
De nueve años resucitas
un niño que va contigo,
siendo seguro testigo
de tus gracias exquisitas
portento con que acreditas
ser con Jesús medianero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Domingo te visitó
y con su hábito sagrado
fuiste en todo asemejado
a la luz que te alumbró.
Cristo apóstol te nombró
y te puso medianero
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Pasan de setenta mil
judíos que convertiste
y a ocho mil moros hiciste
renunciar su secta vil
Herejes de mil en mil
trajiste al Dios verdadero
Vicente ruega por nos
como en tu piedad espero
.
Predicaste en valenciano,
y diferentes naciones
entendían tus sermones,
como de ángel soberano
pásmese todo cristiano
al ver tan claro lucero.
Vicente ruega por nos
como en tu piedad espero
.
Lunática una mujer
mató al hijo que tenía;
con fiera tenaz porfía
de querérselo comer
partióle y puso a cocer
y lo volviste entero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A más de tres mil personas
con quince panes sustentas
con cuyo milagro ostentas
la santidad que blasonas.
Así, Vicente, aficionas
al noble y al jornalero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Que eres ángel predicastes
y un difunto con acierto
sin obstar el estar muerto
dijo lo que le mandastes.
Plaza viva le sacaste
con ascenso duradero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Tu imagen por quince días
predicó con gran fervor
sacando a muchos de error
y destruyendo herejías,
convirtiendo idolatrías
del pecador y hechicero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A hacer milagros tocaste.
acudían los dolientes
y de varios accidentes
a todos los consolaste.
Los apestados curaste
sirviéndole de enfermero
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
El sordo, mudo y quebrado,
el ciego y cojo curó,
y todo aquel que llegó
a besar tu pie sagrado
y aun a tu mismo Prelado
franqueaste el ser milagrero
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
En los partos favoreces,
a estériles habilitas,
cuarenta y seis resucitas
y todo pobre enriqueces.
Con tu nombre desvaneces
astucias del dragón fiero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A un aborto tu figura
vuestras reliquias tocaron
y de él un niño formaron
con singular hermosura.
Logró la misma ventura
la niña de un caballero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Ángel, Profeta y Doctor
Virgen y apóstol te llaman
y tu patrocinio claman
los devotos con fervor
pidiéndote por favor
auxilio al lance postrero
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente ruega por nos,
como en tu piedad espero
.
El Águila más sagrada,
siglos antes que nacieras,
premisas dió verdaderas
de prenda tan deseada,
del mundo fué celebrada
con regocijo y esmero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Naciste ¡raro ejemplar!
con gracia de hacer portentos
mandando á los elementos,
con imperio singular;
puede el infierno temblar,
viendo tu rostro severo.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
De nueve años resucitas
á un niño que va contigo,
siendo seguro testigo
de tus gracias esquisitas;
portento con que acreditas
ser con Jesús medianero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Domingo te visitó,
y con su hábito sagrado,
fuiste en todo asemejado
á esta luz que te alumbró:
Cristo apóstol te nombró,
y precursor verdadero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Pasan de sesenta mil
judíos que convertiste;
á ocho mil moros hiciste
renunciar la secta vil;
herejes de mil en mil
trajiste al Dios verdadero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Predicaste en Velenciano,
y diferentes naciones
entendían tus sermones
como de Ángel soberano;
pásmase todo cristiano
al ver tan claro lucero,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Lunática una mujer
mató al hijo que tenía,
con fiera tenaz porfía,
de querérselo comer;
partióle y puso á cocer,
y se lo volviste entero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A más de tres mil personas
con quince panes sustentas,
con cuyo milagro ostentas
la santidad que blasonas;
así Vicente aficionas
al noble y al jornalero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Que eres Ángel predicaste,
y un difunto con acierto,
sin obstar el estar muerto,
dijo lo que le mandaste;
á plaza tú le sacaste
con acenso duradero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Tu imágen por quince días
predica con gran fervor,
sacando á muchos de error
y destruyendo herejías
persiguiendo idolatrías
del pecador y hechicero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A hacer milagros tocaste,
y acudían los dolientes
de muy varios accidentes,
y á todos los consolaste;
los apestados curaste,
sirviéndoles de enfermero,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
El sordo, mudo y baldado,
el ciego y cojo curó,
y todo aquel que llegó
á besar tu pie sagrado;
aun á tu mismo preledo
hiciste ser milagrero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
En los partos favoreces,
á estériles habilitas;
cuarenta y seis resucitas,
y á todo pobre enriqueces:
con tu nombre desvaneces
astucias del dragón fiero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
A un aborto sin figura
vuestras reliquias tocaron,
y de el un niño formaron.
con singular hermosura;
logró la misma ventura
la niña de un Caballero,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Ángel, Profeta, Doctor,
Virgen y Apóstol te llama
y tu patrocinio clama
los devotos con fevor,
pidiéndote por favor,
auxilio al lance postrero.
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.
.
Pues eres fiel medianero
entre los hombres y Dios,
Vicente, ruega por nos
como en tu piedad espero.

Como vemos, la versión escrita y la oral son idénticas casi al 100%. Ciertamente hemos de quitarnos el sombrero ante la tradición y la enorme facilidad de la gente de antes para memorizar con fidelidad. Los versos que el articulista salmantino lamentaba ver perdidos, no lo están, pues hasta el día de hoy se han conservado en Peraleda, y la comparación con los documentos de Salamanca y Manila muestran a las claras que se han conservado con toda fidelidad.

[[Para que no desaparezca la música del cántico, si alguien aún la conoce y desea contribuir podríamos hacer una grabación y adjuntarla a este artículo]]

4 comentarios en “La ermita de San Vicente

  1. Como fotografo peraleo no me importaría que mis fotos de Peraleda ilustrasen este blog o incluso a gusto del escritor, ilustrarlo con nuevas fotos que se adaptasen al tema de cada entrada.
    Un saludo.

    Me gusta

    • No te he contestado antes, porque no sabías quién eras. He preguntado y me han dicho que eres el hijo de José-Acacio. Cómo sabrás somos compadres el abuelo Manolo y yo. Cuando vengas a averle, avísamé para que hablemos personalmente.
      Un saludo

      Me gusta

Envíanos un comentario (será publicado aquí tras su revisión)