NIÑOS ABANDONADOS EN PERALEDA


Desde los albores de la humanidad los niños han sido seres carentes de derechos; ni siquiera tenían derecho a la vida. En Roma, civilización avanzada en su tiempo, creadora del Derecho Romano, que aún en nuestros días inspira nuestros códigos, al nacer un niño la partera se lo presentaba al pater-familiae, si éste lo levantaba en sus brazos el niño era admitido en la familia, si éste lo rechazaba, era expuesto a los pies de la columna lactaria por si alguien quisiera acogerlo o para que allí muriese.

No ha sido hasta en 1948 cuando las Naciones Unidas aprobaron la Declaración de los Derechos humanos en la que los niños quedaban amparados. Más tarde se hizo necesario hacer una declaración de una manera más explícita a favor de los niños, por lo que el 20 de noviembre de 1959 se aprueba la Declaración de los Derechos del Niño. Pese a ello no hace mucho tiempo pudimos leer en la prensa la aparición de un recién nacido en un contenedor de basura donde lo habían arrojado.

No pretendo aquí hacer un análisis de los niños expósitos, niños ilegítimos, niños del pecado, niños bastardos, niños incestuosos, que con todos estos nombres eran conocidos y que estos niños se veían forzados a arrastrar con ellos a lo largo de su vida, (la novela y el cine han encontrado en la penosa vida de estos niños fuente de inspiración) sólo pretendo dar a conocer los establecimientos dedicados a recoger niños expósitos en nuestro entorno y mostrar lo que ocurría en nuestro pueblo.

Oliver Twist en el orfanato

Charles Dickens en su novela Oliverio Twist dice: “entre los diversos edificios que son el orgullo de una ciudad grande o pequeña no falta uno común a la mayor parte de ellas: el destinado a hospicio, asilo o casa de caridad”. En nuestra provincia son cuatro las poblaciones que contaban con casas hospicio: Cáceres, Trujillo, Plasencia y Guadalupe. Estas casas hospicio eran mayoritariamente de la Iglesia y estaban regentadas por monjas que contaban con limosnas de personas caritativas y a veces con alguna fundación creada por algún noble para el sostenimiento de ellos.

Hospicio de Plasencia en la actualidad

Los niños abandonados en el torno del hospicio eran recogidos por la hermana tornera que seguidamente le buscaba una nodriza que le amamantase. Dado que la mortalidad infantil era elevadísima, era fácil encontrar recién paridas que se dedicasen a ello y por lo que recibían una pequeña cantidad durante el tiempo que duraba la lactancia y que solía estar entre los cinco o seis años.

No faltaba quién a pesar de amamantar a su hijo se hacía cargo de algún niño expósito, y así con ello aportaba unos dineros a la escasa economía familiar. En estos casos tanto el hijo propio como el expósito no recibían la alimentación adecuada y como consecuencia de ello la mortalidad entre los expósitos fue siempre muy elevada. Se llega a hablar de hasta que las tres cuartas partes de los niños expósitos fallecían antes de los cinco años o lo que es lo mismo de cada 100 niños morían 75.

Hospicio de Plasencia

Las hurdanas eran mayoritariamente las que se presentaban como nodrizas para los hospicios de Plasencia y de Ciudad Rodrigo. La pobreza que caracterizaba a esta región de las Hurdes hacía que no solo amamantasen a los expósitos, sino que muchas familias hurdanas los adoptasen al terminar la lactancia para tenerlos como mano de obra barata, no faltando quienes lo querían para que mendigasen para ellos.

Nodrizas externas amamantando a expósitos

Tenemos que dejar constancia de que el hospicio que había dentro del Monasterio de Guadalupe era el que mejor funcionaba. El monje encargado de estos niños elegía mujeres de la puebla a las que vigilaba para que el trato de los niños fuese el correcto. Esto hizo que su fama se extendiese más allá de nuestra comarca, por lo que sirvió de modelo para otros hospicios que venían aquí para interesarse de su funcionamiento, pues era sabido que la tasa de supervivencia de los niños recogidos en Guadalupe alcanzaba hasta un 70%, es decir, de cada 100 sobrevivían 70, lo que es prácticamente el reverso de la cifra que dimos antes como la normal.

Nuestro rey Carlos IV en 1794 publica una Real Cédula en la que entre otras cosas se decía que no se tratase a los expósitos como “hijos ilegítimos, bastardos, espurios, incestuosos o adulterinos” ordenando en esa Real Cédula que “todos los niños expuestos sean tenidos por legítimos para todos los efectos civiles”.

En el año 1812 se crean las Diputaciones Provinciales y estas se hacen cargo de los orfanatos en el año 1834, clausurando estos y pasando así de la tutela de la Iglesia a la tutela del Estado. En Cáceres lo que fuera Convento de San Francisco pasa a ser el único Hospicio provincial para toda la provincia de Cáceres.

Hubo también en Navalmoral una Casa Cuna, que funcionaba como una especie de sucursal de la de Cáceres desde 1855 hasta finales del siglo XIX. A ésta se llevaban los niños expósitos del partido judicial de Navalmoral, lo cual incluía a los niños de Peraleda.

En nuestro pueblo se dieron también casos de abandonos de niños. Unos aparecían abandonados a las puertas de la iglesia, otros a las puertas de algunas personas «pudientes» (riquillos diríamos hoy en día) en espera, tal vez, de que estos pudieran darle al niño una vida mejor que la que la madre podría darle.

No descartamos la posibilidad de que en algunos casos la intención fuese decir «tú eres el padre, carga con él «; caso de hijos nacidos fuera de matrimonio o bien por ser soltera o viuda la madre o por ser fruto de un adulterio, que de todo habría y hay en la viña del Señor. El hecho de que estos niños fuesen abandonado en la misma calle en lugar de hacerlo en algunos de los centros que había, como hemos visto para estos casos, se debía a que la distancia de nuestro pueblo a los centros más cercanos, Plasencia, Trujillo o Guadalupe, era difícil recorrer a pie y suponemos que la situación económica de las que se veían obligadas a abandonar a sus hijos no les permitirían tener caballería para desplazarse y mucho menos pagar a aquellos que por un precio ajustado previamente se dedicaban a llevar a los centros los niños que se le encomendaban. Claro que todo sea dicho, algunos de estos personajes una vez cobrado lo ajustado no llegaban hasta el centro y abandonaban en el camino al niño que les habían entregado, muriendo éste a no ser que tuviera la suerte de que alguien de buen corazón le encontrase aún con vida.

No siendo muchos los habitantes de nuestro pueblo, no debía ser difícil averiguar quién había dado a luz en esos días y de aquí a saber quién era la madre no había más que un paso; por ello deduzco que debían ser de pueblos cercanos o bien de alguien que viviendo en algunas de las dehesas cercanas hubiese podido así guardar su embarazo a la vista de los demás. Del mismo modo, algunos peraleos abandonarían a sus vástagos en los pueblos de alrededor.

La relación de niños abandonados está sacada de los registros parroquiales, pues los datos del Registro civil solo se conservan a partir de 1871 habiendo desaparecido los anteriores debido a las varias veces en que fue incendiado el Ayuntamiento durante el período de las Guerras Carlistas.

Los niños abandonados fueron 20 y las niñas 15. Los abandonos en nuestros registros abarcan desde el 1679, año en que aparece registrado el primero, hasta el 1884 en que aparece el último. Vemos que diez años después de que las Diputaciones Provinciales se hiciesen cargo de los niños abandonados, en nuestro pueblo se seguía abandonando niños, sin que se les llevase al Colegio provincial de Huérfanos de Cáceres.

Otro dato que nos llama la atención es el movimiento de curas en nuestra parroquia (algo parecido a lo que pasa en estos últimos años que cada cuatro o cinco años cambiamos de párroco) pues vemos, por los sacerdotes que administran los bautismos, que no suelen permanecer en la parroquia muchos años.

A continuación paso a relacionar los niños abandonados según el archivo parroquial de sus libros sacramentales:

En 1679 se bautiza en nuestra parroquia a un niño acogido por el matrimonio Juan Rodríguez e Isabel Rodríguez, a quien dan sus apellidos y a quien ponen el nombre de ALONSO, siendo el padrino Alonso Gonçalez. Le administra el sacramento del Bautismo el Licenciado Juan de Ortega, presbítero de la parroquia. No aparece ni fecha de nacimiento, ni nombre de abuelos.

En 1714 el Presbítero de la parroquia Licenciado Juan Sánchez Mirón el 1º de octubre bautiza a una niña que le presenta Juan Rufo Béjar, quién actuará como padrino, el cual declara que la halló abandonada a las puertas de Nuestra Señora de la Mata (vulgo San Gregorio). Como se ignora quiénes son sus padres, se la bautiza con el nombre de MARÍA DE LA MATA, no apareciendo fecha de nacimiento, ni abuelos y los padres aparecen como Desconocidos.

El 10 de febrero de 1751 D. Juan Manuel Juárez, Presbítero de la parroquia, bautiza a un niño a quién se le puso el nombre de PABLO. En la partida de bautismo aparece la fecha de nacimiento la del 25 de enero y como padrino D, Juan Rodríguez, presbtº. Al margen hay una nota en la que se lee: «Este niño fué abandonado a las puertas de D. Juan Rodríguez (presbítero) en la madrugada del veinticinco de enero de 1751, desconociéndose quienes eran sus padres y su día de nacimiento«.

El 17 de septiembre de 1792 D. Antonio Moriego, Médico de La Peraleda bautiza a un niño al que impuso el nombre de FRANCISCO. No aparece nombre de padres ni fecha de nacimiento. El hecho de que fuese el médico quién le bautiza nos hace deducir que fue él quien encontró al niño o bien a su puerta o a la puerta del Hospital público y que al verle a punto de fallecer le llamaren para que le atendiese. En la nota marginal de la partida de bautismo se dice : «Murió de pronto la noche del 24 estando para recibir la ceremonia del bautismo«.

El 13 de marzo de 1806 el Cura Rector de nuestra parroquia, D. Antonio Mª Rico, bautiza a una niña a la que puso por nombre FRANCISCA. El padrino fue Juan Pedraza. Se dice de padres desconocidos y no saber la fecha de nacimiento. En nota marginal leemos: «Se la encontró el 13 de marzo a las puertas de la iglesia «.

El 26 de noviembre de 1809 D. Antonio Mª Rico, Cura Rector de la parroquia, bautiza a una niña a la que se la impuso el nombre de JUANA, hija de padres desconocidos. Fue su padrino Nicolás Barquero. En nota marginal leemos «Se la encontró la noche anterior a las puertas de la iglesia«.

El 26 de marzo de 1810 D. Antonio Mª Rico, Cura Rector de la parroquia, bautiza a un niño a quién se le puso el nombre de JUAN-ANTONIO. Es hijo de padres desconocidos y fue su padrino el Alcalde, Juan Pedraza Sánchez. En la nota marginal se dice «Fue hallado a la puerta del Alcalde el día 24«.

El 19 de septiembre de 1810 D. Antonio Mª Rico, Cura Rector de la parroquia bautiza a un niño a quién se le impuso el nombre de TIBURCIO. Es hijos de padres desconocidos. Fue su padrino Tiburcio Rubio. En la nota marginal leemos: «Se le encontró en la noche de hoy en la puerta de la iglesia«.

El 16 de junio de1812 D. Manuel Pérez, Teniente Cura de Torviscoso, bautiza en nuestra parroquia a un niño al que le puso por nombre JOSEF, hijo de padres desconocidos. Fue su madrina María Alonso Pérez. En la nota marginal se dice: «Fue encontrado a las puertas de la iglesia el día 16 de junio de este año«.

El 8 de julio de 1815 el Cura Rector de la parroquia, D. Antono Mª Rico, bautizó a una niña a la que se la impuso el nombre de ISABEL, hija de padres desconocidos. Fue su madrina Catalina Díaz. En la nota marginal se lee: «Fue hallada a la puerta de Francisco Simón de Domingo en la noche del día ocho de este mes de julio«.

El 21 de julio de 1815 D. Antonio Mª Rico, Cura Rector de esta parroquia, bautizó a una niña con el nombre de MARÍA DEL CARMEN, de padres desconocidos, siendo su madrina Francisca Morales. En la nota marginal se lee: «Se la encontraron en la ventana de la casa de Juan Antº Ruiz del Sotillo en la noche del veintuno de julio«.

El 25 de julio de 1816 en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de la Peraleda, D. Juan Ribas Amarilla, Cura Rector de Stª Mª de la Mata y sus anejos de la misma, bautizó a un niño a quién impuso el nombre de SANTIAGO, hijo de padres desconocidos. Fue su madrina María Rubio. En la nota marginal se dice: «fue encontrada esta misma mañana a la puerta de María Rubio«.

El 9 de enero de 1817 El Cura Rector de Stª Mª de la Mata y sus anejos de la misma D. Juan Ribas Amarilla, bautiza en la Parroquia de La Peraleda a un niño a quién le impone el nombre de JUAN-JULIÁN, hijo de padres desconocidos. Su padrino fue Juan Delgado Rivas. En la nota marginal de su partida se dice: «Fue encontrada en la mañana del día nueve a las puertas de la casa habitación del Cura Rector de ésta«.

El 26 de agosto de 1817 D. Juan Ribas Amarilla, Cura Rector de Santa Mª de la Mata y sus anejos bautizó en nuestra parroquia a una niña a la que puso el nombre de SERAFINA, hija de padres desconocidos, siendo su madrina Ana Fernández. En la nota marginal se lee: «Fue encontrada esta misma mañana en la puerta de la iglesia».

El 14 de febrero de 1822 D, Juan Ribas Amarilla, Cura Rector de Stª Mª de la Mata y sus anejos de la misma bautizó en nuestra parroquia a una niña a la que impuso el nombre de ANA, hija de padres desconocidos. Fue su padrino Alonso Calvo. En la nota marginal se dice: «Fue hallada a la puerta de la iglesia en la madrugada de este día «.

El 17 de junio de 1833 Fray Bartolomé Medina, religioso franciscano de Jarandilla, bautiza en nuestra parroquia a un niño a quién le fue impuesto el nombre de ANDRÉS, de padres desconocidos, siendo su padrino Andrés García. En la nota marginal se dice: «Nota: Fue hallada a las puertas de la iglesia el día quince de junio«.

El 6 de octubre de 1837 en la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol de Peraleda de la Mata, Fray Manuel García, ex guardián del Berrocal de la misma, bautizó a un niño de padres desconocidos al que impuso el nombre de JULIÁN-BRUNO. Fue su padrino Julián Juárez. La nota marginal dice: «Fue hallada a la puerta de la iglesia en la madrugada de este día«.

El 21 de noviembre de 1845 D, Juan Ribas Amarilla, Cura Rector de Santa Mª de la Mata y sus anejos, bautizó en esta parroquia a una niña de padres desconocidos a la que se puso el nombre de MARÍA DE LA PRESENTACIÓN-FRANCISCA. Su madrina fue Francisca García. La nota marginal dice: «En la noche anterior fue abandonada a la puerta de D. José Mª Jiménez«.

El 17 de diciembre de 1852 D. Juan Ribas Amarilla, Cura Rector de Santa Mª de la Mata y sus anejos, bautiza en esta parroquia una niña de padres desconocidos a quién se impuso el nombre de VALENTINA-MARTA. Fue apadrinada por Marta Pimentel. En nota marginal se dice: «Nota.- Apareció en la madrugada de hoy a la puerta del Párroco desconociéndose quién o quienes la abandonaron«.

El 1º de junio de 1855 D. Felipe García Miranda, Presbítero de esta parroquia bautiza a una niña al que la puso el nombre de PETRONILA-NARCISA, de padres desconocidos. Fue apadrinada por Juan Pedraza y Nicolasa Juárez Pedraza. En nota marginal se puede leer: «Fue hallada en la noche de ayer en la puerta de Francisco Juárez Pedraza«.

El 5 de octubre de 1858 D. Diego Izquierdo, Cura Ecónomo interino de la parroquia bautiza a un niño de padres desconocidos, al que impuso el nombre de FRANCISCO-FLORIÁN IGLESIAS. Le apadrinó Francisco Cartas Fernández. En nota marginal se dice: «Nota.-Apareció en la noche pasada colgado en una esportilla de la ventana de la casa de D. Rufino Delgado«.

El 3 de enero de 1863 D. Carpóforo Meiriño, Cura Rector de la parroquia Santiago Apóstol de Peraleda de la Mata, bautiza a una niña a la que puso el nombre de MARÍA-ROSA-ISIDORA, de padres desconocidos. Fue su madrina Rosa Morgado Juárez. En nota marginal leemos: «Apareció en la noche anterior a la puerta de Ana Marcos Rubio«.

El 26 de enero de 1865 D. Carpóforo Meiriño, Cura Rector de la parroquia bautiza a un niño a quien impuso el nombre de JOSÉ-POLICARPO de padres desconocidos. Fue su madrina Agustina Juárez. Hay una nota marginal que dice: «Apareció a las puertas de la Casa Consistorial en la noche anterior«.

El 13 de agosto de 1867 D. Juan Bejarano, Cura ecónomo de la parroquia, bautiza a un niño al que impuso el nombre de JUAN-ANTONIO. Fue su madrina Serafina Juárez. La Nota marginal dice: «Esta noche apareció a la puerta de Francisco Naranjo«.

El 18 de abril de 1869 D. Juan Bejarano, Cura ecónomo de la parroquia bautiza a un niño, de padres desconocidos al que le puso el nombre de FRANCISCO. Fue su madrina Francisca García. En la nota marginal leemos: «Apareció abandonado esta noche a la puerta de Francisco Marcos«.

El 29 de enero de 1875 D. Agustín Lozano Martín, Presbítero Coadjutor de la parroquia bautiza a un niño al que le impuso el nombre de BALDOMERO–LÁZARO. Era hijo de padres desconocidos. Fue su madrina Tomasa Moriñigo. Su nota marginal dice: «Apareció en la noche del 28 a la puerta de Juan Pedraza con una nota en la que se decía que había nacido el día 27, que no estaba bautizado y que cuando le bautizaran le pusieran el nombre de Baldomero Lázaro«.

El 5 de octubre de 1875 D. Antonio García Narquero, presbítero Coadjutor de esta parroquia, bautiza a una niña a la que impuso el nombre de MARÍA-CESÁREA, de padres desconocidos, siendo su madrina María Cartas. En la nota marginal leemos: «En la noche del día cinco apareció a la puerta de Ángel Herrero«.

El 25 de abril de 1876 D. Agustín Lozano Martín, Cura Ecónomo de la parroquia, bautiza a un niño a quién le impuso el nombre de AGUSTÍN-VICENTE, hijo de padres desconocidos. Su madrina fue María Cartas. La Nota marginal dice: «Apareció en la madrugada de este día a la puerta de Emilio Carreño Roger«.

El 22 de mayo de 1876 D. Agustín Lozano Martín, Cura Ecónomo de esta parroquia, bautiza a un niño de padres desconocidos al que se le impone el nombre de AGUSTÍN-SEVERIANO. Fue su madrina María Cartas Sánchez. En la nota marginal se dice: «Apareció en la madrugada del 21 de este mes de mayo a la puerta de Margarita Fernández«.

El 2 de diciembre de 1876 el Cura Ecónomo de esta parroquia bautiza a una niña de padres desconocidos con el nombre de MARÍA-NATALIA, siendo su madrina María Cartas Sánchez. Hay una nota marginal en su partida de Bautismo en la que se dice: «Apareció en la noche anterior abandonada a la puerta de Manuel Rodríguez«.

El 28 de mayo de 1881 D. Francisco Pardo Amado, Cura Propio de esta parroquia bautiza a una niña de padres desconocidos a la que impuso el nombre de JUSTA-ASCENSIÓN, siendo su madrina María Mora Simón. En la nota marginal se lee: «En la noche del 27 apareció abandonada a la puerta del Alcalde Agustín Morgado». De esta niña hemos encontrados datos en el Registro Civil en el que podemos leer lo siguiente:

«El 28 de mayo de 1881 comparece ante este Juzgado para inscribir a una niña, Agustín Morgado Rufo, Alcalde de este municipio y declara:

‘Que sobre las nueve de la noche estando en su domicilio C/ Del Señor nº 19 ,oyó llantos de un niño, salió y vio que en la ventana estaba colgada la niña que vestía una camisa, una mantilla color amarillo, otra de mulatón blanca y otra de paño basto, bastante usada, un pañuelo de lienzo remendado, un pañuelo blanco al cuello, unos manguitos de ….. de colores, dos gorritos de percal blanco, ceñida la cabeza con una banda blanca y otra de estambre de colores……. un pedazo de tela de jerga que contiene un pañal y unos gorros’».

Se la inscribió con el nombre de Justa-Ascensión .

El 29 de octubre de 1882 D, Francisco Pardo Amado, Cura Propio de esta parroquia bautizó a un niño al que puso el nombre de SIMÓN. Era hijo de padres desconocidos. Su madrina fue Francisca Bernal. Hay una nota marginal: «Apareció en la puerta de Agustín Camacho Martín el día anterior a las ocho y tres cuartos de la noche anterior«. En el Registro Civil se lee lo siguiente:

El 28 de octubre de 1882 comparece ante este Juzgado D- Francisco Pardo Amado, Cura Propio de la parroquia Santiago Apóstol de este municipio y presenta una papeleta que dice: ‘en el día de la fecha y a la hora de las 8 y 45 minutos de la noche acaban de exponer en la puerta de la casa de Agustín Camacho Martín, que vive en la C/ Olivares nº 21 de esta villa de Peraleda de la Mata, un niño que según su forma, hará como cosa de una hora que ha nacido’».

Se le inscribió con el nombre de Simón.

El 19 de junio de 1884 en la iglesia parroquial de Peraleda el Cura Ecónomo de la misma, D. Agustín Lozano Martín, bautizó a un niño de padres desconocidos al que impuso el nombre de MANUEL-IGLESIAS. Fue su madrina Felipa González Sánchez. Hay una nota marginal que dice: «Hallado a la puerta de Juan González Fernández con una papeleta que decía fecha y hora de su nacimiento y nombre a poner«. En el Registro Civil leemos:

Comparece ante este Juzgado Agustina González Sánchez para presentar a un niño , como encargada de su lactancia, que apareció en la mañana de este día en los umbrales de la puerta de la casa de su convecino Juan González Fernández, sita en la calle Del Señor, sin que se sepa la persona que allí lo dejó y según papelito, cogido con una cinta ceñida al cuerpo del niño, nació el 17 del actual a la una de la tarde y no está bautizado.

Que el niño es de padre desconocido y contiene la ropa siguiente: un gorrito en la cabeza de …..blanco, con flores pequeñitas, una camisa, un …….. de……..unos manguitos en los brazos de …. blanca con pintas encarnadas, con dos botones negros en cada una, un balanto blanco con puntilla y repulgado con cinta blanca, un pañuelo de lienzo moreno, viejo, tres mantillas de frisa color verde y alistada de encarnado, amarillo y blanco, con un pañal suelto con cuyas ropas viene un papelito en el que se dice «luego que reciba el Sacramento del Bautismo, se le remita al Establecimiento de la Beneficiencia Provincial de Plasencia”.

Que al dicho niño se la habrá de poner por nombre bajo la fórmula de Bautismo Manuel Iglesias

Se le inscribió con el nombre de Manuel Iglesias.

El 16 de noviembre de 1884 D. Agustín Lozano Martín, Cura Ecónomo de esta parroquia, bautiza a una niña a la que impuso el nombre de EUGENIA. La niña es de padres desconocidos y fue su madrina Ana Pedraza Morgado. En la nota marginal se dice: «Apareció abandonada a la puerta de Agustín Morgado Rufo, Alcalde Constitucional«. En el Registro Civil podemos leer:

El 16 de noviembre de 1884 comparece ante este juzgado para inscribir a una niña, Agustín Morgado Rufo, Alcalde de este municipio y declara : Que dicha niña fué puesta en el poyo de su puerta en la C/ Del Señor Nº 12 en la mañana de este día sobre la hora de las cinco, sin que se sepa la persona que la condujo hasta allí.”

Se la inscribió con el nombre de Eugenia Iglesia Expósito.

Como podemos ver, sólo de los cuatro últimos hemos podido hallar datos en el Registro Civil.

Hospicio de la Diputación de Salamanca

Peraleda de la Mata, 9 de junio de 2020

Eusebio Castaño

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4 comentarios en “NIÑOS ABANDONADOS EN PERALEDA

  1. Históricamente la filiación se fundaba en dos principios básicos:
    a) Mater semper certa est (siempre se sabe quién es la madre)
    b) Pater semper incertus (es imposible confirmar quién es el padre) aunque este principio queda ya muy debilitado por la ciencia del adn.
    Además la filiación, por inspiración de la moral religiosa, requería como una condición indispensable, el marco “oficialista” de un contrato, el matrimonio.
    Los hijos nacidos fuera del matrimonio carecían, desde su nacimiento, de los derechos que la filiación otorgaba a los nacidos. Podríamos simplificar diciendo que sólo los hijos habidos en el matrimonio eran verdaderos hijos.
    Los principios humanistas, los postulados de la Revolución Francesa y sobre todo la Declaración Universal de los Derechos humanos comienzan a remediar la discriminación patente que ello suponía.
    Así, nuestra Constitución de 1978 recoge como principios básicos, en relación con esto, los siguientes artículos:
    – Art. 14 (Principio de igualdad). Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de NACIMIENTO, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
    – Art. 39.2 (Principios rectores de la política familiar) Los poderes públicos aseguran, asimismo, la protección integral de los hijos, IGUALES ÉSTOS ANTE LA LEY CON INDEPENDENCIA DE SU FILIACIÓN, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil. La ley posibilitará la investigación de la paternidad.

    Pero estos principios no van a tener asiento legal hasta la publicación de la Ley 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del Código Civil en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio, que abría el importante paquete de reformas legislativas al Código Civil que iban a posibilitar la equiparación completa entre los hijos matrimoniales y los naturales y adoptados.
    Uno de los puntos más controvertidos y trasversales de la reforma fue el nuevo art. 108: “La filiación puede tener lugar por naturaleza y por adopción. La filiación por naturaleza puede ser matrimonial y no matrimonial. Es matrimonial cuando el padre y la madre están casados entre sí. La filiación matrimonial y la no matrimonial, así como la adoptiva, SURTEN LOS MISMOS EFECTOS, conforme a las disposiciones de este Código”

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