
No hace muchos días que D. Ángel Martín Camacho presentara su libro “Lugares de Peraleda” en el que nos hace un recorrido por los topónimos de nuestro término municipal, que como hijo de un buen cazador, conoce al dedillo. En la presentación que hizo en la Biblioteca municipal nos habló de Alarza (Santa Cruz de Alarza) que perteneció al monasterio de San Martín de Valdeiglesias desde el siglo XIII en que El Rey Fernando III, el Santo, concediese a los Hermanos Bernardos del citado monasterio estas tierras.
Hizo D. Ángel una somera exposición de la historia de Alarza e hizo alusión a cuando en el 1820 se despropia a los monjes estas tierras y pasa la jurisdicción de ellas a Peraleda, quitándosela al Abad del monasterio citado. Nos dijo que el entonces Alcalde de Peraleda era Andrés Marcos Jiménez.
Andrés Marcos Jiménez es el 5º abuelo de mis hijos por línea materna y en su árbol genealógico, aparece el acta de la posesión de estas tierras – Lleva fecha de 20 de abril de 1820 y en él podemos leer:
“mandó su Merced a dicho Sr. Procurador Síndico que recibiese a nombre de la villa dela Peraleda de la Mata la Possesión de la Jurisdición, Civil y Criminal , Gubernativa, Política, Económica et Interesante de los referidos therrenos como agregados al término y Jurisdición de dicha villa por haber sido y ser un despoblado absoluto sin vecino alguno ni más casa que la de la Granja en que vive el Religioso Administrador, y oído por el expresado Sr. Procurador dijo : que desde luego estaba pronto arecibirla anombre dela villa y común de vecinos q. representa y en señal de que así se la dava su Merced le cogió de la mano el y le paseó por el terreno reconociéndole por parte del expresado término dela Peraleda y concluido el acto,,,…..”
Con el levantamiento de Riego en Cabeza de San Juan el 1º de enero de 1820 da inicio lo que conocemos como El Trienio Constitucional. Los sublevados obligan a Fernando VII a prestar juramento a la Constitución de 1812 que había declarado nula y sin ningún efecto el 4 de mayo de 1814. El Rey, amedrentado, presta juramento a la Constitución ante una representación del Ayuntamiento de Madrid.
La Constitución de 1812, que suprimía el régimen feudal, es la que propicia que la jurisdicción de Santa Cruz de Alarza, que ostentaba el Abad de los Bernardos, pase a la jurisdicción de Peraleda y la que permite que el 5º abuelo, Andrés Marcos Jiménez, tome posesión de Santa Cruz de Alarza el 20 de abril de 1820.
Pero las aguas de la política bajaban turbias en aquella época. Fernando VII al que se había obligado a jurar la Constitución, y que prácticamente estaba secuestrado por los sublevados, deseoso de acabar con el régimen constitucional pide ayuda a La Santa Alianza (la formaban Rusia, Austria, Prusia y Francia) que acordó mandar en su ayuda un ejército francés (los Cien mil hijos de San Luis) al mando del Duque de Angulema quien, una vez derrotado el Gobierno Constitucional, restituye el absolutismo.
Fernando VII publicó un decreto prometiendo un perdón general y un gobierno moderado, pero una vez más engaña a los españoles, pues acaba persiguiendo con saña a los liberales. Muchos de ellos fueron ahorcados, como Riego y Juan Martín (El Empecinado); otros fueron encarcelados y otros desterrados. La Constitución de 1812 fue abolida una vez más.
Poco dura la alegría en casa de los pobres, dice un refrán. Y algo así debió sentir el abuelo Andrés cuando en 1823, tan solo tres años después de que tomara posesión de Alarza, tuvo que ver cómo la Política con el cambió de rumbo que dio Fernando VII, obligaba a devolver a sus antiguos dueños todo lo expropiado, por lo que la jurisdicción de Alarza pasa nuevamente al Abad del monasterio de los Bernardos. Los bienes de la Granja que habían sido enajenados debieron ser devueltos a los frailes.
Hace doscientos años, el 11 de julio de ese mismo año de 1823 se hace efectiva la devolución de Alarza. Ese día se personó ante la puerta de la Granja el abogado D. Ramón, residente en Calzada, al que el Ayuntamiento de Peraleda había nombrado perito para que le representara en este acto; en ella aguardaba el Rvd. Fray Isidoro Rodríguez Falcón, administrador que era de la Granja, quien manifiesta que el Rvd. Padre Abad de San Martín de Valdeiglesias, Francisco Alonso Suárez, le había dado un poder para que tomase posesión de la Granja, olivares, dehesa, tierras, arbolado y edificios. Seguidamente D. Ramón, tomando por la mano a Fray Isidoro, “le entró en dicha casa, se paseó por ella, cerró y abrió puertas, tocó la campana, pasó al olivar y cortó una rama de olivo e hizo otros actos posesivos.“
Así mismo le entregó a Fray Isidoro dos contratos, una de la vega y otro de las tierras fuera de la vega y los siguientes efectos: una romana grande y otra chica, unos grillos para caballerías, unas aguaderas viejas, un caldero de cobre viejo, cuatro cántaras de barro, dos sartenes, una alcuza de barro, una artesa grande, dos candiles viejos, unas trébedes, tres tapaderas de hierro, una vacía de barro, seis pucheros, una mesa de pino pequeña, una escalera de mano, dos medidas de medir grano, dos tarimas, dos estantes de pino, un bufete de nogal, una silla de mano, una garrucha, tres tinajas de 50 arrobas, cuatro de cuarto y una pequeña, un colambre de aceite, una ara , un misal, un atril, dos candelabros, un alba, los corporales, un purificador, media sabanilla, una casulla morada, otra blanca, otra verde, una campana en la torre, un Cristo grande, una caja rota, una bolsa de corporales, un paño de cáliz, un cíngulo, y demás cosas que aparecían en el inventario que le fue remitido por D. Santiago de Agüero y que fue firmado por Fray Isidoro ante el Escribano del Real Concejo de Santa María de la Mata y su campana José Martín García, residente en Peraleda.
Así mismo se le dice que Joaquín Rubio y Bernardo vecinos de Peraleda deben pagar 850 reales por el arrendamiento de las yerbas de verano, cuya escritura de arrendamiento está hecha ante el Escribano Faustino Sánchez en Oropesa. Posteriormente Fray Isidoro va llamando a aquellos que adquirieron bienes enajenados para que hagan entrega de los mismos.
Melchor Travado, que había comprado algunas pertenencias de la Granja tuvo que devolverlas. Blas Alonso, vecino de Valdeverdeja, hace entrega a Fray Isidoro de las llaves del molino que había en el arroyo de Nasciado. Juan de la Llave, vecino de Valdeverdeja, entrega la aceña llamada Alarza y su batán, y la aceña de Rodríguez. Junto con las aceñas entrega los siguientes objetos: tres palos de hierro, dos cadenas, cuatro picaderas, una marra, medio celemín, tres usillos, dos palancas y una cuartilla.
Fray Isidoro dijo que faltaban varias cosas, un cáliz con su patena, dos colchones y tres tinajas de Arroba y Juan de la Llave manifestaba que no los tenía en su poder ni tiene noticias de dichos bienes.
No sabemos cómo termina esta disensión entre Juan de la Llave y Fray Isidoro, pues no he encontrado documentos al efecto. Sí sabemos que el verano de 1823 fue un verano muy movido para nuestras autoridades y para el Escribano.
Peraleda de la Mata, 15 de Mayo de 2023
E. Castaño